miércoles, 26 de enero de 2011

EL DEBE Y EL HABER DE UNA NACIÓN


Ilustración: Chema,'Tenazas'

En el diario español El País del pasado domingo, Soledad Gallegos-Díaz escribió en su columna ‘Punto de Observación’, sobre las empresas y los especialistas que se dedican a comprobar data, es decir al control de la certeza, la veracidad de lo escrito, lo dicho discurseado o prometido.

Con el recuerdo muy cercano de la sesión del Presidente el sábado pasado, cuando el país esperaba recibir sus cuentas, es inevitable trasladar a Venezuela la pertinencia del tema.

Días antes de la sesión en la AN, y hasta durante la misma, a través de Internet, los correos electrónicos y las redes sociales, circularon listas largas con datos, cifras, que fundamentaban interrogantes vinculadas con promesas hechas desde Miraflores, con anuncios de emotivos compromisos por parte del ejecutivo, o con adivinanzas acerca de los regalos y los negocios llevados a cabo allende fronteras.

Esos mini balances llegaron a conformar, lo que Alberto Barrera Tyszka bautizó, en un hashtag de Twitter, #nuestramemoriaycuenta

Lamentablemente esas largas listas no tuvieron respuestas.

Gallegos-Diaz menciona algunas web que se ocupan hasta de chequear las declaraciones de los miembros del Congreso de los Estados Unidos y de la Casa Blanca: http://politifact.com y otra www.factcheck.org

Pensando más allá de la coyuntura, se me ocurre que para las ya cansadas empresas encuestadoras del país, sería una oportunidad cambiar de ramo, y focalizarse en esta función.

Les auguro, al menos, mucho trabajo

martes, 25 de enero de 2011

CRIMENES DE LESA CULTURA




Entre la larga lista de daños contra la patria que el régimen de Chávez y su equipo de gobierno, ha cometido, están los realizados en el sector de la cultura.

En 12 años han derribado el sistema institucional y de servicios culturales, arremetido contra el patrimonio artístico, politizado a las escuelas de arte y minimizado el apoyo a los artistas.

Pero entre todos estos daños hay uno sobre el cual poco se comenta en los medios y cuyo efecto tomará generaciones en ser superado: la descapitalización de nuestros recursos humanos en el área de las profesiones vinculadas con las artes.

Hemos perdido y estamos perdiendo talentos. No solo por la cantidad de especialistas y creadores que han tenido que emigrar, sino por la castración laboral que se le ha impuesto a cohortes de profesionales en la gestión cultural quienes permanecen en Venezuela, manteniendo su vocación y compromiso para lograr construir el desarrollo cultural que aspiramos.

A ellos se les han bloqueado oportunidades de trabajo en instituciones, públicas y privadas, principalmente por razones doctrinarias.

Existe otro grupo, son los funcionarios del sector gobierno, que igualmente están siendo ahogados no solo entre pésimas condiciones laborales, sino porque se les ha interrumpido su crecimiento profesional, cerrándoles oportunidades para su capacitación y trabajo creativo.

Estos trabajadores de la cultura son fustigados por el dogmatismo político, por el vaivén de la falta de planificación y carencia de recursos financieros, todos sometidos a la irremediable obediencia a la voluntad del Ministro. Entre ellos, hay quienes pueden renunciar y abandonan, pero hay otros que han de mantenerse en las nóminas por el sustento de su familia.

Ambos grupos ven frustradas sus aspiraciones para realizar un trabajo profesionalmente exitoso, que les permita crecer como personas y como trabajadores de un sector vital del sistema social.

Estamos perdiendo a generaciones que se prepararon con la ilusión de ver florecer su vocación y compromiso profesional con las artes, quienes desde la universidad pretendieron dar su aporte al mundo del teatro, los museos, las orquestas, las editoriales, librerías, colecciones, el cine, la fotografía.

Venezuela esta haciendo agua por todas partes, pero esta crisis en los espacios de la cultura y expresiones artísticas, se está llevando nuestra ‘ánima’.


jueves, 6 de enero de 2011

La Asamblea Nacional hace un Golpe de Estado





En Venezuela el 23 de diciembre se realizó un Golpe de Estado.

En Google: “Un golpe de Estado (calco del francés coup d'État) es la toma del poder político, de un modo repentino y violento, por parte de un grupo de poder, vulnerando la legitimidad institucional establecida en un Estado, es decir, las normas legales de sucesión en el poder vigentes con anterioridad”.

Es decir que los Golpes de Estado no solo se realizan a punta de militares en las calles con tanquetas y metralletas. También se imponen con manos alzadas y aprobaciones que, entre gallos y media noche, consolidan leyes dictatoriales.

En Venezuela, la Asamblea Nacional está actualmente totalmente sumisa a la voluntad del Presidente Hugo Chávez Frías. Ante el cambio que vivirá por tener que incorporar, el 5/1/2011, nuevos diputados de la oposición elegidos el pasado 26 de septiembre, le otorgó por 18 meses poderes habilitantes al mandatario. Además, aprobó violentamente un paquete de leyes que le otorgan un poder omnipotente sobre el devenir del país, con el objeto de ‘profundizar la revolución socialista y ayudar a los damnificados por las recientes lluvias’.

Entre estas leyes se encuentran: la de Educación Universitaria que cercena su autonomía y libertad de cátedra, la de reforma de la Ley de Partidos Políticos, la Orgánica del Poder Público Municipal, la de Instituciones del Sector Bancario, la Ley de Regularización de los Períodos Constitucionales y Legales de los Poderes Públicos Estatales y Municipales, la Ley Orgánica de Telecomunicaciones, la de Responsabilidad en Radio, Televisión y Medios Electrónicos proveedores de Internet, la Ley de Defensa de la Soberanía Política y Autodeterminación Nacional, entre otras.

Ya, con 12 años en el cargo, este presidente, quien le ha venido cediendo la gestión de su mandato a las hordas de cubanos, aprovechadas sanguijuelas, a las mafias rusas y a los políticos terroristas iraníes, con este acto consolida su poder omnipotente .
Venezuela es un caso ‘modelo’ de cómo en el s. XXI las confrontaciones y los regímenes han cambiado de formas y tecnologías para logra manipular el poder .
Con un ropaje pseudo jurídico, amparado en una secuencia de procesos electorales truculentos y manidos, Hugo Chávez se presenta ante el ámbito internacional como Presidente democráticamente elegido. Muchos son los países que prefieren ignorar la situación real. Han asumido una posición acomodaticia, conducida por el interés en recibir las monedas del erario nacional que el régimen de Chávez les lanza como a pordioseros interesados, pedigueños internacionales.

Venezuela lleva más de una década bajo el terror impuesto por militares subyugados que han desparramado el miedo que acogota a las familias, aniquila las gestiones de empresarios, incrementa las injusticias, siembra la inseguridad, aumenta los presos políticos y las represiones a demostraciones pacíficas y disminuye los recursos educativos, los servicios de salud y el poder adquisitivo de los venezolanos.
Pero aun existen valientes. Aun existen esperanzas.
Cada vez son más quienes se suman a las filas de los convencidos del desastroso arrebato de nuestra nación soberana confiscada por Chávez y sus secuaces.
Ese 52% de las votaciones de septiembre pasado que rechazó al régimen chavista, ha crecido exponencialmente. Es por esto que el gobernante, convencido por estos números de su creciente debilidad y perdida de popularidad, arreció durante esta pasada semana, aprovechando las fiestas de Navidad, le regaló al país este saco de medidas que arrasan con la democracia .
Hay una periodista, valiente y aguerrida, inteligente y sensible, cuya columna dominical en el diario El Nacional, es imperdible.
Ella es Milagros Socorro.
En su columna del domingo 26, ultimo del año, se sacó del corazón una estrella que iluminará nuestro tránsito por el 2011.
Allí Milagros abre con :



“El día de Navidad de 2010 amaneció en un país en dictadura. Venezuela ha sucumbido a la férula de otro mandón, azote carente de talento y de probidad. También de formación, autocontrol, sentido del ridículo y observación de las normas que regulan la conducta del varón honorable. Y, lo peor, privado del más mínimo rastro de apego nacionalista.

La república se retuerce en la mano de un gorila cuyas acciones han estado sistemáticamente dirigidas a la destrucción física, institucional y moral de la patria. Esa es la verdad. Tanto, que ninguno de los requiebros que sus aduladores le destinan, ya en auténtico paroxismo de degradación, niegan estas afirmaciones que con todo compromiso (y relevando de responsabilidad al medio de comunicación que las publica) suscribo, rubricando estas líneas con mi rostro y con mi nombre, el que me legaron mi padres y mis abuelos, quienes me transmitieron, con semejante honor, el de mantenerlo apartado de claudicaciones, silencios y cobardes ausencias cuando el país que todo nos ha dado y al que todo debemos, ha sido puesto de rodillas con un golpe de Estado perpetrado en el recinto que debería gestionar para las leyes y la institucionalidad.”
Y esta maestra de la palabra concluye:
“Lo que sí sé es que siempre hay una estrella que guía al justo hasta el rincón del mundo donde se ha producido un avatar prodigioso. Tarde o temprano, Venezuela será testigo de un nacimiento extraordinario. De hecho, el germen de su irrupción maravillosa anida ya en el corazón de los millones de demócratas que anteayer cenaron hallacas amargas. De 1958 para acá, Venezuela no había vivido una navidad tan triste y oscura como ésta. Y vendrán días muy duros.

Pero siempre habrá en lo alto una estrella que brille para nosotros. Estimado lector, préndela en tu pecho, escondida en la ropa para que no la detecten los sigüices. Ella nos orientará. Siempre ha sido así.

Esto también pasará”