viernes, 15 de noviembre de 2013

Quzás fuimos 'come flor' pero no permitiremos que nos conviertan en 'come mielda'


Creo difícil encontrar  algún venezolano que emocionalmente haya pasado ileso este fin de semana. 
A la mayoría nos ha sido imposible aislarnos  del contraste entre las imágenes de la furia demoníaca que dominó a grandes grupos en las diferentes ciudades de Venezuela peleándose por asaltar, arrasar y robar los inventarios en las tiendas de electrodomésticos. Y, por otro lado, la de los grupos en las calles de diferentes ciudades levantando la bandera nacional, quemando la cubana  en protesta  contra la ineficacia y la corrupción de los gobernantes actuales.
                                                     


Los medios de comunicación acompañaron los saqueos y abandonaron las caminatas de quienes pedían justicia, democracia y seguridad, las cuales solo fueron compartidas por las redes sociales .
 El chinazo de Maduro alcanzó no solo los cristales de las vitrinas sino la codicia en unos y la indignación de otros encendidos todos por la polarización que cultiva ese mismo personaje.
Dos grupos de venezolanos, dos grupos en la calle, incitados  por la máxima autoridad del ejecutivo.
                                                         


Lo que los oficialistas  provocaron,  ¿coincidencialmente?,  colocando a pueblo frente a pueblo como carne de cañon, fue un enfrentamiento fraticida,  orquestado con un fin, ¿cuál? , una desesperada medida  para alterar  el orden público, para desestimular la marcha autoconvocada, generando un clima de violencia que condujera, entre otros a suspender las elecciones del 8D,  las cuales saben perdidas.
¿Quiénes fueron los culpabilizados en esta oportunidad?,  los dueños de negocios. Comerciantes cuyo rápido crecimiento ya estaba bajo sospecha de poseer vinculaciones  financieras, implícitas y explícitas, con líderes  del partido quienes  les facilitaban el acceso indebido  a los $ preferenciales. Algunos de ellos, a la fecha  ya  estaban en Panamá abriendo nuevas tiendas, mientras  otros eran detenidos preventivamente para investigación.
¿A qué se debió este muñequeo político del máximo lider del ejecutivo, legislativo y poder judicial nacional?
Aquello de “Ladrón que roba a ladrón tiene 100 años de perdón” sonaba por las calles como una marcha triunfal que acompañaba las filas de los saqueadores  que sonreían a las cámaras, enarbolando  1, 2, 3, 4 hasta 8 monitores,  TV de pantalla plana Sony Bravia, pasando por planchas, máquinas de coser y aparatos de sonido, como presas de inalcanzable valor. 
                                                       


Como primera conclusión, ya vendrán más análisis, debemos fortalecer el activismo comunicacional ciudadano, familiarizarnos con el uso de las redes sociales, de los e-magazines, los blogs, para alcanzar el desarrollo de cadenas y canales fluídos de mensajería, para compartir información actualizada y veraz  a fin de  evitar el enfrentamiento que auspicia el Alto Mando Gobernante, quien trata de destapar una olla de presión que luego sera imposible  controlar, sin recurrir a medidas extremas.