martes, 25 de enero de 2011

CRIMENES DE LESA CULTURA




Entre la larga lista de daños contra la patria que el régimen de Chávez y su equipo de gobierno, ha cometido, están los realizados en el sector de la cultura.

En 12 años han derribado el sistema institucional y de servicios culturales, arremetido contra el patrimonio artístico, politizado a las escuelas de arte y minimizado el apoyo a los artistas.

Pero entre todos estos daños hay uno sobre el cual poco se comenta en los medios y cuyo efecto tomará generaciones en ser superado: la descapitalización de nuestros recursos humanos en el área de las profesiones vinculadas con las artes.

Hemos perdido y estamos perdiendo talentos. No solo por la cantidad de especialistas y creadores que han tenido que emigrar, sino por la castración laboral que se le ha impuesto a cohortes de profesionales en la gestión cultural quienes permanecen en Venezuela, manteniendo su vocación y compromiso para lograr construir el desarrollo cultural que aspiramos.

A ellos se les han bloqueado oportunidades de trabajo en instituciones, públicas y privadas, principalmente por razones doctrinarias.

Existe otro grupo, son los funcionarios del sector gobierno, que igualmente están siendo ahogados no solo entre pésimas condiciones laborales, sino porque se les ha interrumpido su crecimiento profesional, cerrándoles oportunidades para su capacitación y trabajo creativo.

Estos trabajadores de la cultura son fustigados por el dogmatismo político, por el vaivén de la falta de planificación y carencia de recursos financieros, todos sometidos a la irremediable obediencia a la voluntad del Ministro. Entre ellos, hay quienes pueden renunciar y abandonan, pero hay otros que han de mantenerse en las nóminas por el sustento de su familia.

Ambos grupos ven frustradas sus aspiraciones para realizar un trabajo profesionalmente exitoso, que les permita crecer como personas y como trabajadores de un sector vital del sistema social.

Estamos perdiendo a generaciones que se prepararon con la ilusión de ver florecer su vocación y compromiso profesional con las artes, quienes desde la universidad pretendieron dar su aporte al mundo del teatro, los museos, las orquestas, las editoriales, librerías, colecciones, el cine, la fotografía.

Venezuela esta haciendo agua por todas partes, pero esta crisis en los espacios de la cultura y expresiones artísticas, se está llevando nuestra ‘ánima’.


1 comentario:

Anónimo dijo...

Como bien dices, entre la larga lista de daños q el gobierno ha cometido están los realizados en el sector de la cultura. Realmente en 12 años ha derribado el sistema institucional y de servicios culturales ente otras cosas más.
Y cuando mencionas que por sobre todos existe uno q no se comenta como es la descapitalización de los recursos humanos de profesionales en el área no puedo estar más de acuerdo contigo
Cómo se ha perdido talento, tal y como los enumeras: especialistas, creadores y pare de contar.
Entre muchos de esos profesionales que han sido, como dices “castrados laboralmente”, están los trabajadores del extinto Consejo Nacional de la Cultura, a muchos de ellos con toda una trayectoria los dejaron cesantes hace 2 años, entre los que me incluyo.
Muchos nos preparamos profesionalmente para poder contribuir en la construcción de ese desarrollo cultural deseado, pero triste e inmisericordiosamente nos cesantearon y no pudimos continuar haciéndolo.
Esto inició el 12 de Mayo de 2008, cuando fue publicado en Gaceta No. 38.928, el Decreto N° 6.042 en el que se anunciaba la Supresión y Liquidación del CONAC.
Parte de ese decreto reza lo siguiente “El CONAC instrumentó durante el 2007 las estrategias necesarias, poniendo todos sus esfuerzos institucionales en llevarlas a cabo para contribuir de manera orgánica y coherente con las políticas nacionales trazadas desde el Gobierno Bolivariano, sin embargo, a pesar de estos cambios institucionales, la pesada carga burocrática del CONAC permaneció inalterada, conservando sus hábitos del pasado, resistencia al cambio, con un personal apegado a los privilegios funcionariales, sin vinculación o sintonía alguna con los cambios trascendentales que vive el país en momentos revolucionarios.
Las recientes experiencias comunitarias demuestran lo antes expuesto, los numerosos trámites administrativos manejados por un personal nada comprometido con los cambios, han imposibilitado las respuestas rápidas y oportunas que el colectivo nos solicita. Las demoras en las respuestas a sus solicitudes, pudieran contribuir al estancamiento de la revolución, inundando de pesimismo al pueblo lleno de esperanzas, lo cual sería nefasto para el futuro de nuestro país, recayendo sobre quienes tienen la responsabilidad conductora de la gestión cultural, tan indeseable fracaso”.
Lo antes expuesto resultó bastante descalificador, la labor de muchos - estuvieran o no realmente comprometidos con el proceso - no fue valorada, y por el simple hecho de querer eliminar una institución de tan amplia trascendencia en el ámbito cultural se les maltrató muy fuerte, aunado al hecho de haber sido tildados de burócratas que les gusta retrasar el proceso.
La verdad es q había mucha gente que tenía su historia ahí, que hizo su vida laborando en esa institución. Yo, por ejemplo, estuve 20 años laborando en esa institución, comencé desde muy joven, estudié, me gradué y fue haciendo carrera en esa institución hasta llegar al grado de profesional, y qué pasó? Que no me respetaron esos años de servicio y me dejaron cesante. Y como me pasó a mí, le ocurrió a muchos otros que quedaron igual si su trabajo…
Así que se dejó a gran número de trabajadores sin su sustento diario y se les violentó su derecho al trabajo.
Es una muestra más, y con tu permiso vuelvo a parafrasearte, de que se están “perdiendo a generaciones que se prepararon con la ilusión de ver florecer su vocación y compromiso profesional con las artes…”