sábado, 9 de agosto de 2008

MARCHA NUPCIAL



Kolvenik se arrodilló junto a la novia y la tomó en sus brazos. Las facciones de Eva Irinova se deshacían bajo el ácido como una acuarela fresca en el agua. La piel humeante se retiró en un pergamino ardiente y el hedor a carne quemada inundó el aire. El ácido no había alcanzado los ojos de la joven. En ellos podía leerse el horror y la agonía. Kolvenik quiso salvar el rostro de su esposa , aplicando sus manos sobre él. Tan solo consiguió llevarse pedazos de carne muerta mientras el ácido devoraba sus guantes. Cuando Eva perdió finalmente el conocimiento, su cara no era mas que una grotesca máscara de hueso y carne viva. (MARINA. Carlos Ruiz Zafón. Ed. edebé. Pg 91)

2 comentarios:

moniqueen dijo...

Que fuerte!!! Me gustan los mini relatos del post anterior... cortitos pero abiertos... de esos que invitan a ser completados!

Anónimo dijo...

¡Caramba!