lunes, 30 de marzo de 2009

MIRAR PARA VER



Una tarde, cuando yo era apenas una adolescente y mi miopía avanzaba violentamente, mi papá se me sentó al lado y, tomándome de las manos, muy poco a poco, me enseño un ejercicio, que aún practico.

- Mira al papel-me dijo- y, rápidamente, mira por la ventana. Hazlo una y otra vez. Debes repetirlo varias veces al día y verás como te curas.

Entonces, le escuchaba atenta y, mientras él me repetía, yo lo practicaba.

- Cerca, lejos, cerca, lejos- rezaba como una letanía.

-Así, sigue así- me reforzaba- sigue, dale, y veras mejor- insistía.

No se si en ese momento funcionó pero, ahora, cuando la presbicia es mas que una amenaza, no solo para ver sino para recordar, continuo haciendo el ejercicio que me enseñó mi papá y, les aseguro, que me ha hecho mas fácil no solo ver, sino vivir.

Cerca, lejos, cerca, lejos.

Se lo recomiendo, prometiéndoles que tendrán una visión mas clara de las cosas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Está buenísimo, ¡gracias!

Marta Candia dijo...

es exacto y excelente como ejercicio y lo practico muchîsimo....ademas de ser una metàfora del encuentro y la partida...