jueves, 28 de abril de 2011
No es un cuento chino
Recomiendo un libro: “El caso Mao” de Qiu Xiaolong *. Una novela de detectives, que va llevando la intensidad de la trama con un tenor in crescendo, hasta sus últimas páginas.
Mientras la lectura avanza, el autor nos muestra una visión crítica del Shangai contemporáneo, su gastronomía, sus valores, su literatura y también su tragedia de censuras políticas, asesinatos y la larga trayectoria de represión.
Qiu Xiaolong nació en Shangai (1953) y en 1966, emigra a USA con su padre perseguido por los guardias rojos durante la Revolución Cultural. Xialong es poeta, traductor y enseña en la Universidad de St. Louis, Missouri.
“El caso Mao” es su sexta novela de la serie donde el personaje central es el Inspector Chen Cao y la dedica a “Toda la gente que sufrió bajo el régimen de Mao”.
Chen, inspector jefe de la Policía de Shangai, recibe instrucciones desde las altas instancias del Comité Político del Partido, en Pekín, para investigar a Jiao, nieta de una actriz, supuestamente amante de Mao, de quien sospechan posee documentos que pondrían en jaque el prestigio del gran líder.
Le advierten que debe mantener sus pesquisas en secreto, y no le adelantan ni datos ni referencias para iniciarlas.
Chen, no puede negarse y en un tiempo corto, debe documentarse, relacionarse para recuperar algo que no sabe qué es, ni quién lo tiene, menos dónde se encuentra.
En estas búsquedas se introduce en el medio cultural de los adoradores de los años `30 y descubre una sociedad y un Shangai desconocido para él.
El Inspector Chen no es solo el típico detective que logra superar los riesgos y las peripecias propias de un proceso de averiguación, sino también es poeta, intelectual frustrado.
A lo largo de su trabajo se ve inmerso en la vida privada de Mao. Conoce sus perversiones y afanes sexuales, su crueldad y su ego despiadado. Además el poder de las mafias corruptas dentro del partido, conocidas por el pueblo como “los bolsillos llenos”.
En esta obra, de aparente liviandad, el autor no solo retrata el Shangai contemporáneo sino teje magistralmente, sus tiempos, develando sus incongruencias y las atrocidades cometidas en nombre del ‘Bienestar del Pueblo’.
Los riesgos de la averiguación provocan en el lector una cierta tensión, pero lo más amenazante es la descripción de la historia reciente, del severo entorno policíaco y cruel del régimen que impera en la China contemporánea.
En China aun permanece el sistema represivo que instaló Mao Zedong. Allí conviven diferentes tiempos, la miseria del pasado, un presente de abundancia económica del gobierno y la amenaza de convertirse ‘prepotencia’ mundial.
No han desaparecido los asesinatos, las torturas, los acosos que dominaron durante décadas y que continúan aplastando cualquier intento de denuncia y protesta en pro de los DDHH de los ciudadanos.
En declaraciones de la directora de HRW para Asia, Sophie Richardson, durante las últimas semanas, en China se vive la ola represiva “más severa desde hace una década”, insistiendo que, los gobiernos preocupados por los derechos humanos “en China no deberían de seguir como si nada pasara, mientras los críticos pacíficos son encerrados uno a uno”.
Hace pocos días, en este medio, pudimos leer la nota de José Reinoso (El País) donde reseña varios casos de opositores que han desaparecido o sido detenidos desde febrero. http://bit.ly/fLjuCF )
China es hoy una ‘apetencia’ económica para las potencias del mundo. Los Presidentes de las naciones más poderosas han hecho fila frente a sus líderes, rindiendo tributo a sus dólares. El nuestro como ninguno, les ha empeñado nuestro futuro .
Mientras el dinero fluye, las injusticias se mantienen.
Como se mantiene preso, Liu Xiaobo, disidente condenado a 11 años de cárcel por pedir derechos democráticos en su país, a quien se le impidió asistir a recibir el premio Nobel de la Paz 2010.
En Oslo, la Academia del Premio, señaló en el discurso ante su sillón vacío : "En la última década, China ha conseguido progresos económicos para recortar desigualdades. China debe aumentar su responsabilidad "… "la cercana relación entre derechos humanos y la paz, es un requisito para la fraternidad entre las naciones”.
Hasta Hillary Clinton quien hasta el año pasado tenía una posición muy guabinosa frente al asunto, lo denunció el pasado 8 de este mes. “Hemos observado tendencias negativas en China que parecen empeorar en la primera parte de 2011”. “Urgimos a China a que libere a todos aquellos que han sido detenidos por ejercer su derecho, internacionalmente reconocido, a la libre expresión y a que respete las libertades fundamentales y los derechos humanos de todos los ciudadanos de China”, concluyó.
Esta novela deja sentimientos contradictorios, el placer de un buen libro y el miedo ante la amenaza de represión que se avecina.
Porque la situación de la libertad de expresión en nuestro país, no es un cuento chino. Cualquier parecido no es pura coincidencia.
* “El caso Mao” Qiu Xiaolong. Tusquets Editores, colección Andanzas. Enero, 2011
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