miércoles, 31 de octubre de 2012

Ellos y nosotros

Hipoacusia Nacional 

El diferente no es un adversario

Es significativa la diferenciación semántica que se ha instalado en nuestros discursos y que signa la naturaleza de la relación entre grupos de venezolanos. Entre estos, está el uso de los ‘nosotros’ frente a los ‘ellos’, el cual demarca a dos grupos que se excluyen entre sí, principalmente porque difieren en su pensar político.

Es ya un hábito coloquial la aplicación del pronombre, convertido en adjetivo calificativo, que profundiza esa brecha que marca distancia frente a un único factor, con o sin Chávez .

Sobre este asunto, los ‘’nosotros’ de lado y lado, escribimos, discurseamos, especulamos, analizamos, denunciamos , en lo que parece un diálogo de sordos.

Cada grupo lo hace para su ‘nosotros’ y los ‘ellos’ no nos escuchamos.

La sordera es compartida, va a veces de un lado a veces del otro.

Es al Presidente a quién más le interesa que esa brecha se sostenga, se profundice, hasta que mine totalmente la cohesión social, componente básico para alcanzar el cambio y avanzar hacia la democrática reconstrucción nacional.

¿Reconstruir para quienes?, ¡para todos! ¡para todos los venezolanos!

 

En esta catarata de reflexiones analíticas, que, después del 7 O, han habido muchas y muy variopintas, donde predomina una justificación: ganaron porque los ’ellos’ quieren seguir así, son más quiénes no quieren cambiar como se vive en Venezuela, como avanza el país.

Entonces, después de la depresión del 7 O viene el abandono ante el 16 D.

Es inevitable que muchas sean las interrogantes que aún no tienen respuestas , ¿ quién se puede conformar con no tener hospitales dotados de recursos y personal adecuado, ¿ quién está feliz por no poder alcanzar las medicinas que calmen sus dolores?

¿A quiénes les puede gustar ver como asesinan a sus vecinos, familiares, amigos?

¿ Quiénes pueden estar de acuerdo con que cada vez el transporte público esté peor y el dinero no alcance ni para comida?

Somos todos los afectados.

Un amigo, especialista en Cuentas Nacionales, a quien respeto mucho, me explicaba que el Coeficiente de Gini* en el 1999 estaba en 0,498 y que actualmente se ubica en 0,394, lo cual es un indicador que muestra claramente que la media del ingreso de los niveles bajo de la pirámide, ha aumentado.

“Es evidente que a los grupos D y E, les ha llegado más dinero a sus bolsillos, por lo que fuese, allí está contabilizado y por tanto, esa es otra razón del triunfo de Chávez”, me aseguró.

La pregunta saltó, pero, ¿y para cuánto alcanza? ¿Cuál es el valor adquisitivo de ese diferencial? ¿Cómo se registra en calidad de vida?

No hubo respuesta. Hubo silencio.

En fin, después del 7 O hemos constatado que existe un gran ‘nosotros’, y que “por ahora” cultivamos una esperanza y a por ella vamos a votar el 16 D.

El reto está en que respetando la pluralidad , hagamos un trabajo para reconstruir canales de comunicación y ayudar a salvar la brecha.

 

Insisto, un primer paso es volver a votar. Pero también es importante cambiar la estrategia comunicacional, entre los ‘nosotros’ y los ‘ellos’, en el sentido que sea.

Se trata de hacerla más sencilla, visible, directa; de estar presentes, cercanos.

Mientras, empecemos por el cambio en el uso de las palabras, hasta que algún día podamos leernos y escucharnos en la mutua diversidad. Hasta que reconstruyamos al gran nosotros, para impactar positivamente, hombro con hombro, la realidad .

No habrá salida si no se reduce la polarización

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