El indice del libro se asemeja a un listado capitular de una novela “negra”, con la diferencia que no es un relato de ficción sino son estudios de casos sucedidos en Venezuela durante las dos últimas décadas.
“Yo sentí que este libro no debía tener introducción. La violencia
desatada no tiene introducciones, preámbulos o prólogos. La violencia
llega y ya, te atrapa, te envuelve, te arrincona y luego se marcha
presta, buscando otras víctimas. Tras ella queda el reguero de sangre,
las lágrimas, la rabia, la impotencia”, escribe Carvajal en las primeras
lineas de su capítulo final . Y explica porque no se lo propuso como un
trabajo con el “corsé” académico , ni como experto en el área, sino que
lo hace “desde mi angustia como ciudadano, como humano ante lo que está
pasando”.
El
indice se asemeja a un listado capitular de una novela “negra”, con la
diferencia que no es un relato de ficción sino son estudios de casos
sucedidos en Venezuela durante las dos últimas décadas. En sus páginas
Carvajal logra construir una tensión sostenida ‘in crescendo’ que crispa
al lector .
Carvajal , hasta allí nos convence que en Venezuela vivimos una Guerra Civil.
El
capítulo final, el Nº 19,’ Cien notas sobre la Guerra que padecemos y
la paz que queremos conquistar’, inicia lo que considero la segunda
parte de la obra y es cuando nos damos cuenta que esta situación puede
superarse. En él, Leonardo Carvajal se detiene a profundizar el por qué y
el cómo recuperar a Venezuela de esta calamitosa situación de violencia
que la está destruyendo .
Entre los muchos aportes de Carvajal destacaré dos componentes:
-la
necesidad de superar el lugar común que la educación es una panacea
contra la violencia, convertido en mito simplista, en un slogan engañoso
.
- el “ abismal debilitamiento de
la capacidad coactiva del Estado frente al fortalecimiento de la
capacidad delictiva de los violentos”.
Entre
sus páginas hay citas muy claras sobre el posicionamiento que H. Chávez
sembró: una, cuando en la tarde del 4F del ‘92, le dice a Fernando
Ochoa Antich, entonces Ministro de la Defensa: “Mi General, es imposible
hacer historia sin utilizar la violencia”. Y otra, años después , en el
2011 cuando insiste : “Debemos acelerar la repolarización. No hay
espacios para puntos intermedios, para la reconciliación” ( Alejandro H.
Hernandez, El Universal 29-10-11)
El
libro culmina con el Epílogo escrito por José Virtuoso SJ. Intelectual y
a la vez trabajador social, conocedor de experiencias y logros en casos
de mediación y recuperación de paz. Virtuoso señala que sí es posible
abrir espacios, marcar caminos para que, donde antes había muerte, se
recupere la vida.
Evidentemente
la educación juega un papel importante, pero, como dice Carvajal, solo
si ello va acompañado de otras medidas para atacar las causas
estructurales de la violencia, entre ellas el saneamiento de las redes
del delito en Venezuela, el fortalecimiento de la capacidad
institucional de lucha, control y castigo, y la habilitación de una
amplia gama de ofertas que fortalezcan los espacios de socialización
para la convivencia y la paz.
Existen
recursos en nuestro país para iniciar la conformación de una plataforma
para la concertación. Trabajaré eso en una próxima columna.
Reseña publicada en @codigovenezuela
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