En Venezuela los museos
nacionales tuvieron poco para celebrar su “Día Internacional de los Museos”
La identidad de un museo es su actividad y su imagen gráfica ha de
reflejarla. Esta se construye a partir de componentes individuales integrados en variedad de alternativas
gráficas que dan respuesta a todas sus necesidades, tanto previsibles como
imprevisibles.
La imagen gráfica de un museo es la gramática visual que describe su
institucionalidad.
No se trata de la imposición de
formas, se trata de reflejar la verdad, de crear una sintaxis que sin
imponerse, relate y comunique su particularidad institucional.
Desde más de una década los museos de Venezuela poseen profundas
carencias encontrándose en decisivo estado de sobrevivencia y anomia social.
Muchas son las causas de esta deplorable situación. La más grave de
ellas es la imposición de lineamientos de acción sustentados en doctrinas
políticas y no sobre criterios artísticos, históricos y científicos.
Me centraré hoy en la pérdida de su identidad.
El ámbito del diseño gráfico en el espacio de la función museística,
forma parte pivotal de su naturaleza de ser. La construcción de una identidad institucional a través de sus logos,
emblemas, tipografía y color, expresada
en el montaje de sus exhibiciones, los impresos y digitalización de sus
soportes, forma parte de su misión
como expresión cultural.
Así lo expresa
Alvaro Sotillo, diseñador gráfico venezolano cuya obra ha sido premiada la Feria de Leipzig y otros foros internacionales. Fue uno de los creadores de las imagenes gráficas de
la época estelar de los museos en Venezuela:
¿Cual es la finalidad de crear una imagen gráfica a una institución cultural, específicamente a un museo?
¿Cual es la finalidad de crear una imagen gráfica a una institución cultural, específicamente a un museo?
- Creo que uno podría
empezar por preguntarse ¿para qué se quiere o se debe identificar una
institución cultural?
Una posible respuesta
es que los museos son instituciones públicas en las que una de sus más fuertes
dinámicas es lo informativo: la acción promocional y la transmisión del
conocimiento. Esta dinámica se concreta en lo público por intermedio de lo
gráfico.
Otra posible respuesta
sería la necesidad de diferenciarse de otras instituciones similares y
evidenciar su especialización.
Otra respuesta es que
el mundo contemporáneo está dominado por imágenes. Por su compleja
capacidad de síntesis ellas son capaces de estimular nuestros intereses
culturales y hacer que nos reconozcamos en el tramado de nuestros afectos y
vínculos con un sitio y también con un momento histórico.
En el 2004, el entonces Ministro de Cultura Sr. Farruco Sesto, declaró
públicamente su intención de eliminar para los Museos Nacionales sus figuras de
Fundaciones de Estado, cercenándoles, entre otras atribuciones, la posibilidad
de desarrollarse y fortalecerse para cumplir su misión con la necesaria autonomía
de gestión que le exige el ser agente activo, atento a las necesidades de su
audiencia y a la generación de contenidos culturales.
Luego, en 2005, el mismo Sesto procedió a empaquetarlos bajo la conducción
de la recién creada Fundación Museos Nacionales, secuestrándoles su
autonomía programática y administrativa.
Un año después, para rematar este arrase institucional, los despojó de
su identidad gráfica, su imagen
emblemática, erradicando lo que en
años se había logrado construir: su
presencia reconocible en el abecedario visual de la comunidad nacional e
internacional.
La sumisión a un mismo logo para todos los museos nacionales , fue otro
nefasto golpe. Tan destructivo
como pertinente con la intención de minimizar su impacto como servicio
cultural, de aplastarlos como
albergues de nuestros valores y conservadores del acervo patrimonial de
la nación.
Una vez más se comprobó la vinculación estrecha entre el emblema
gráfico y la institución que representa.
Eso fue un esfuerzo coherente,
pero muy triste.
Hoy estamos ante una acción contraria. El oficalismo ha creado una
instancia paralela a la Fundación
Museos Nacionales , el Sistema Nacional de Museos, ”Órgano integrador y
consultivo de planes, programas y proyectos en materia de museos en Venezuela.”
Que se expresa principalmente a través de las redes sociales , en especial
Facebook, y publicaciones digitales,
diferenciándose de la FMN al arroparse
con un carnaval cromático,
guiado más por la emoción del efecto que por el contenido, con el riesgo
de convertirse en una actividad panfletaria.
Los cambios para ser efectivos y positivos exigen ser estructurales,
que contenido y forma vayan de la
mano. De otra manera se estancarán en la intención, sin solucionar el problema.
Es así como la realidad y la grafía han de ir de la mano, una sin la
otra, equivocan sus funciones .
El pasado 17 de mayo,
cuando los museos del mundo se preparaban para celebrar su día, el diario El Nacional tituló su editorial: Sin Museos.
“La ineptitud, la censura, la segregación político-ideológica; la
adulancia al poder; la ignorancia; la centralización y el rastrero servicio a
la idolatría de un caudillo, se conjugan con el realismo socialista y la falta
de imaginación, para que Venezuela no tenga hoy museos nacionales dignos.
Mientras los museos oficiales no muestran algún atractivo que llame a
visitarlos, en sus alrededores y fachadas se refleja la degradación a que han
sido sometidos. Ahora, hasta cocinan carne en vara frente al Museo de Bellas Artes,
y mientras el humo oloriza sus salas y las de su vecino el Museo de Ciencias,
la música y arengas por altoparlantes ensordecen a sus visitantes.”
Los venezolanos reclamamos con urgencia la liberación de los museos nacionales, devolverles su autonomía, sus sedes
adecuadas, sus presupuestos justos. Igualmente la actualización y conservación
de sus colecciones, el fomento de la investigación, la creación y publicación
de sus catálogos y apoyos documentales. La recuperación de sus audiencia, la revitalización de sus espacios y la
creación de su identidad visual a través de una imagen gráfica consistente con
sus aplicaciones, que los promueva y sostenga como pilares fundamentales de la
vida cultural y social .
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