domingo, 23 de junio de 2013

Aterradoras coincidencias

A pesar de la centenaria lejanía cronológica y los miles de Km de distancia, incluyendo en ellas las profundas particularidades locales, podemos destacar algunos paralelismos y advertir sobre otros que apuntan suceder en el futuro cercano


En un paneo por la instalación del comunismo en la desaparecida Unión Soviética, encontramos coincidencias significativas con el ‘proceso’ revolucionario del Socialismo del Siglo XXI que se está montando en Venezuela.

El desastroso engendro  que, en los últimos 14 años, el gobierno de Chávez y ahora del ilegítimo, ha aplicado en Venezuela, nos está conduciendo hacia la destrucción del país y la agonía de sus habitantes .
A pesar de la centenaria lejanía cronológica y los miles de Km de distancia, incluyendo en ellas las profundas particularidades locales, podemos destacar algunos paralelismos  y advertir sobre otros  que apuntan suceder en el futuro cercano.
En la Rusia de principios de siglo pasado, que iniciaba su industrialización, se impone Lenin (nombre de pluma que adoptó en 1901) quien a sus 46 años, regresa a su país para cumplir su misión revolucionaria.
Su discurso, abundante en metáforas militares, verbos de un activismo violento y pleno de eufemismos, alcanzó a crear una  nomeclatura comunicacional carismática al servicio de sus propósitos políticos.
Afirmaba que la revolución se debía liderar a través de una élite, Comite Central, olvidándose de componentes como transparencia, principios democráticos, constitución y elecciones para los cargos públicos, reservados solo para los miembros del Partido. 

Lenin mantenía el mayor secreto  sobre sus actividades  y su mandato centralizado, se focalizó, en cuatro aspectos: destruyó todos los partidos de oposición; colocó todo el poder en manos de miembros del Partido; destruyó a toda oposición que surgiera dentro del Partido;  concentró todo el poder en él mismo y en quienes él escogió para asociarse.
Lenin logró su máximo poder operando en dos niveles lo cual  correspondia,  a la percepción marxista del mundo: manteniendo en la superficie,  un ropaje constitucionalista con un lenguaje formal de legalidad, que convenciera al público y satisfaciese al mundo internacional y en un nivel soterrado creando  fuertes estructuras de poder: la policía, las fuerzas armadas, las comunicaciones y las armas.
La ciudadanía, reasegurada por esta aparente constitucionalidad, en enero de 1918  celebraba una normalidad aparente,  volvía a sus negocios,  sus diversiones y recuperaba sus manifestaciones culturales.
Mientras, Lenin se movía rápidamente. Lo primero que hizo fue controlar la prensa, cerrando, durante su primera semana en el poder, a 10 medios en Petrogrado, y diez más en la segunda semana .


La creación de una atmósfera de miedo fue su jugada clave.
La población empezó a ser comandada a través de decretos que se sucedían a días de diferencia y se difundían en panfletos pegados a los muros de las ciudades. Uno tras otro intervenían y alteraban  las formas de vivir, de trabajar, hacer negocios, atender la educación de los hijos, comunicarse. Siendo cada vez más frecuentes las requisas en los hogares con lo cual logró aterrorizar a la población, confiscándoles  sus propiedades, enseres, desde abrigos hasta sus útiles domésticos.
 Ya había nacionalizado todas las fábricas, monopolizado los bancos, abolidos los rangos militares, los pagos de intereses por colocaciones y limitadas las cantidades de dinero que se podían retirar de los bancos.
Lenin sabía muy bien como ser déspota, mas no tenía idea de como poner en práctica esa utopía que proclamaba. Arropado en las teorías de Marx, dedujo que el Estado era quien debía conducir la economía industrial. Por lo tanto instaló su ‘Elite de Vanguardia’ y su grupúsculo del partido tomó  la conducción de todo el proceso productivo creando el “Consejo Supremo de la Economía Nacional”  (Vesenkha) para poner a funcionar el abortado desarrollo industrial del país.
Un año después inicia los sindicatos con el lema: “Quien no trabaje tampoco come”, bajo el cual  excusa los desafueros de la policía, elimina el derecho a huelga y quien protestara era echado, eliminadas sus raciones de comida y enviados a los campos de trabajo forzado, obligados a sobrevivir en las peores condiciones.

En abril del 1921, la industria ya estaba totalmente improductiva, no había comida ni en el campo, ni en las ciudades, los soldados con hambre se convertían en bandidos, el valor de la moneda se fue al piso llegando al 1% de lo que valía en 1917 y la escasez anidó en todas partes.
Para mayo del mismo año, comprendió que si no hacía llegar comida a los comunidades, el Régimen colapsaría , crea entonces otro eufemismo: “La Nueva Planificación Económica” que se sobrepone a la instancia existente, para estimular  el sistema de mercado y permitir que los campesinos pudiesen producir y vender.
Se inició la instalación de pequeños graneros y fábricas. Desafortunadamente, ya era tarde.  Ese  verano trajo una terrible sequía que, sumada a la carencia de modos de producción, no solo acabó con los campos, sino que al llegar el invierno, había matado  a más de tres millones de personas.
Desesperados, el Gobierno de Lenin se dirigió a los ‘capitalistas norteamericanos’, la “American Relief Administration”, los mayores exportadores de comida, para que los salvasen de las desastrosas consecuencias del colectivismo.
 Solicitud que Lenin, aplicando su malabarismo en el lenguaje, calificó:  “Esto es una retirada estratégica, para emprender un nuevo ataque”.
El poder del Estado era único, sin límites, ni siquiera constitucionales,  indivisible, sometido totalmente al ejecutivo. En su Estado sin clases, el individuo era el Estado. De allí se derivó que no habia igualdad de derechos,  porque si el individuo era el Estado, integrado en un todo indivisible,  por lo tanto no debía existir eso de “una persona, un voto”. 
Lenin elimina el voto individual sustituyéndolo por  el voto a través de los delegados de las diferentes instancias y comités locales.

Instala la Cheka, la policía política que Lenin necesitaba, encargada de combatir el sabotaje y la contra revolución y cuya creación se mantuvo en secreto  por más de diez años.
La Cheka, en sus primeros 3 años alcanzó a tener 250.000 agentes a tiempo completo. Llegando a ser un Departamento de Estado independiente, que reportaba solo a Lenin.
La imposición del terror guiado por los “dictados de la conciencia revolucionaria” eran parte de la arenga de Lenin a la Cheka:  “Hasta que no apliquemos el terror, disparando en el sitio, contra los especuladores, no habremos alcanzado nada”.
Se impuso así una nueva forma de genocidio.
Prendamos los motores de alerta ante estas posibilidades: la sustitución del  voto individual por el voto colectivo, la imposición del Servicio Militar Obligatorio y  la creación de comites de “voluntarios “ con la excusa de defender la revolución, denunciando a los ‘infractores’, tal cual uno que recién anunció Maduro: organizar a un grupo de jóvenes  con la potestad de  castigar la corrupción.
Al final, Lenin se fue a la tumba  (Enero 1923, 53 años) dejando un Estado con una sólida policia y sumergido en una ruina económica.
 



Ante estas similitudes y alertas a futuro, entre el Socialismo del S. XXI y la revolución Soviética, temo que  vamos retrocediendo, a alta velocidad  y con la brújula  al revés.



En un paneo por la instalación del comunismo en la desaparecida Unión Soviética, encontramos coincidencias significativas con el ‘proceso’ revolucionario del Socialismo del Siglo XXI.
El desastroso engendro que, en los últimos 14 años, el gobierno de Chávez y ahora del ilegítimo, ha aplicado en Venezuela, nos está conduciendo hacia la destrucción del país y la agonía de sus habitantes .
A pesar de la centenaria lejanía cronológica y los miles de Km de distancia, incluyendo en ellas las profundas particularidades locales, podemos destacar algunos paralelismos y advertir sobre otros que apuntan suceder en el futuro cercano.
En la Rusia de principios de siglo pasado, que iniciaba su industrialización, se impone Lenin (nombre de pluma que adoptó en 1901) quien a sus 46 años, regresa a su país para cumplir su misión revolucionaria.
Su discurso, abundante en metáforas militares, verbos de un activismo violento y pleno de eufemismos, alcanzó a crear una nomeclatura comunicacional carismática al servicio de sus propósitos políticos.

1.- Presidenta del CNE. Tibizay Lucena con brazalete en brazo
Afirmaba que la revolución se debía liderar a través de una élite, Comite Central, olvidándose de componentes como transparencia, principios democráticos, constitución y elecciones para los cargos públicos, reservados solo para los miembros del Partido. 1
Lenin mantenía el mayor secreto sobre sus actividades y su mandato centralizado, se focalizó, en cuatro aspectos: destruyó todos los partidos de oposición; colocó todo el poder en manos de miembros del Partido; destruyó a toda oposición que surgiera dentro del Partido; concentró todo el poder en él mismo y en quienes él escogió para asociarse.
Lenin logró su máximo poder operando en dos niveles lo cual correspondia, a la percepción marxista del mundo: manteniendo en la superficie, un ropaje constitucionalista con un lenguaje formal de legalidad, que convenciera al público y satisfaciese al mundo internacional y en un nivel soterrado creando fuertes estructuras de poder: la policía, las fuerzas armadas, las comunicaciones y las armas.
La ciudadanía, reasegurada por esta aparente constitucionalidad, en enero de 1918 celebraba una normalidad aparente, volvía a sus negocios, sus diversiones y recuperaba sus manifestaciones culturales.

2.- Cierre de RCTV
Mientras, Lenin se movía rápidamente. Lo primero que hizo fue controlar la prensa, cerrando, durante su primera semana en el poder, a 10 medios en Petrogrado, y diez más en la segunda semana . 2
La creación de una atmósfera de miedo fue su jugada clave.
La población empezó a ser comandada a través de decretos que se sucedían a días de diferencia y se difundían en panfletos pegados a los muros de las ciudades. Uno tras otro intervenían y alteraban las formas de vivir, de trabajar, hacer negocios, atender la educación de los hijos, comunicarse. Siendo cada vez más frecuentes las requisas en los hogares con lo cual logró aterrorizar a la población, confiscándoles sus propiedades, enseres, desde abrigos hasta sus útiles domésticos.
Ya había nacionalizado todas las fábricas, monopolizado los bancos, abolidos los rangos militares, los pagos de intereses por colocaciones y limitadas las cantidades de dinero que se podían retirar de los bancos.
Lenin sabía muy bien como ser déspota, más no tenía idea de como poner en práctica esa utopía que proclamaba. Arropado en las teorías de Marx, dedujo que el Estado era quien debía conducir la economía industrial. Por lo tanto instaló su ‘Elite de Vanguardia’ y su grupúsculo del partido tomó la conducción de todo el proceso productivo creando el “Consejo Supremo de la Economía Nacional” ( Vesenkha) para poner a funcionar el abortado desarrollo industrial del país.
Un año después inicia los sindicatos con el lema: “Quien no trabaje tampoco come”, bajo el cual excusa los desafueros de la policía, elimina el derecho a huelga y quien protestara era echado, eliminadas sus raciones de comida y enviados a los campos de trabajo forzado, obligados a sobrevivir en las peores condiciones.
En abril del 1921, la industria ya estaba totalmente improductiva, no había comida ni en el campo, ni en las ciudades, los soldados con hambre se convertian en bandidos, el valor de la moneda se fue al piso llegando al 1% de lo que valía en 1917 y la escasez anidó en todas partes.
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3.- Venezolanos haciendo largas colas y marcados para recibir una Harina Pan
Para mayo del mismo año, comprendió que si no hacía llegar comida a los comunidades, el Regimen colapsaría , crea entonces otro eufemismo: “La Nueva Planificación Económica” que se sobrepone a la instancia existente, para estimular el sistema de mercado y permitir que los campesinos pudiesen producir y vender. 3
Se inició la instalación de pequeños graneros y fábricas. Desafortunadamente, ya era tarde. Ese verano trajo una terrible sequía que, sumada a la carencia de modos de producción, no solo acabó con los campos, sino que al llegar el invierno, había matado a más de tres millones de personas.
Desesperados, el Gobierno de Lenin se dirigió a los ‘capitalistas norteamericanos’, la “American Relief Administration”, los mayores exportadores de comida, para que los salvasen de las desastrosas consecuencias del colectivismo.
Solicitud que Lenin, aplicando su malabarismo en el lenguaje, calificó: “Esto es una retirada estratégica, para emprender un nuevo ataque”.
El poder del Estado era único, sin límites, ni siquiera constitucionales, indivisible, sometido totalmente al ejecutivo. En su Estado sin clases, el individuo era el Estado. De allí se derivó que no habia igualdad de derechos, porque si el individuo era el Estado, integrado en un todo indivisible, por lo tanto no debía existir eso de “una persona, un voto”.
Lenin elimina el voto individual sustituyéndolo por el voto a través de los delegados de las diferentes instancias y comités locales.

4.- Más de 10 estudiantes heridos deja represión de la PNB a protesta en Chacao
Instala la Cheka, la policía política que Lenin necesitaba, encargada de combatir el sabotaje y la contra revolución y cuya creación se mantuvo en secreto por más de diez años.
La Cheka, en sus primeros 3 años alcanzó a tener 250.000 agentes a tiempo completo. Llegando a ser un Departamento de Estado independiente, que reportaba solo a Lenin. 4
La imposición del terror guiado por los “dictados de la conciencia revolucionaria” eran parte de la arenga de Lenin a la Cheka: “Hasta que no apliquemos el terror, disparando en el sitio, contra los especuladores, no habremos alcanzado nada”.
Se impuso así una nueva forma de genocidio.
Prendamos los motores de alerta ante estas posibilidades: la sustitución del voto individual por el voto colectivo, la imposición del Servicio Militar Obligatorio y la creación de comites de “voluntarios “ con la excusa de defender la revolución, denunciando a los ‘infractores’, tal cual uno que recién anunció Maduro: organizar a un grupo de jóvenes con la potestad de castigar la corrupción.
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Vladímir Ilich Lenin (1870-1924)
   Al final, Lenin se fue a la tumba (Enero 1923, 53 años) dejando un Estado con una sólida policía y sumergido en una ruina económica.
Ante estas similitudes y alertas a futuro, entre el Socialismo del S. XXI y la revolución Soviética, temo que vamos retrocediendo, a alta velocidad y con la brújula al revés.
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Hugo Rafael Chávez Frías ( 1954 – 2013)
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