Estas figuras jurídicas integran recursos, humanos, técnicos y financieros, para desarrollar acciones en pro de una causa. Por sus interrelaciones, conforman un tejido vital para alcanzar el bienestar de grupos necesitados de apoyo, la superación de daños ambientales o naturales, desarrollar propuestas socio culturales, constituyéndose en redes de desempeño social vinculante que articulan al ser humano con el sector oficial y el privado .
De su consistencia, sustentabilidad y fortaleza dependerá su efectividad, ya que cumplen fines de bien común o de servicio público, se rigen por normativas privadas, sin obtener rentabilidad comercial o lucrativa.
Por supuesto, su funcionamiento requiere no solo disponer de fondos y recursos, sino además el sustento de un sistema jurídico que les garantice autonomía y libertad de gestión, la protección legal, que les permita actuar con la flexibilidad y eficacia necesaria para el alcance de sus fines y la equidad en sus acciones.
En Venezuela desde la implantación de la dictadura chavista, se les ha cercenándo su libertad de acción y expresión, siendo objeto de leyes que coartan sus espacios de actuación, limitan su sostenibilidad, impidiéndoles el cumplimiento de sus objetivos.
Esta situación ha sido presentada ante instancias multilaterales y otros espacios del escenario internacional, generando una matriz de opinión que ha movilizado denuncias importantes.
Actualmente contamos con dos organizaciones de este Tercer Sector que poseen un reconocido liderazgo y altísima credibilidad , no solo por la consistencia entre sus objetivos, programas y logros, sino por su capacidad de agrupar a muchas otras, fortaleciéndolas al proveerles un importante tejido de red de redes.
Estas son SINERGIA ( http://www.sinergia.org.ve)
y REDSOC (http://www.redsoc.org.ve)
REDSOC, en un documento preparado por Marcos Carrillo, “Ley de defensa de la soberanía política” y presentado en su Asamblea del pasado mes de noviembre, señala algunas estrategias para superar esta situación:
1. Mantener al sector unido en torno a la defensa de sus derechos y valores
2. Educar al sector en cuanto a sus derechos y deberes, así como a la importancia que tiene para la democracia y la sociedad en general el tercer sector
3. Educar a los beneficiarios de las organizaciones
4. Comprometerse con la sensibilización a nivel de medios de comunicación en concordancia con estrategias de orden nacional
5. Velar por el cumplimiento de normas de derecho internacional y de derechos humanos
6. Velar por el cumplimiento de la Constitución Nacional
7. Ofrecer experticia para mejorar proyectos de ley
8. Educar a las autoridades en cuanto a formas eficientes y democráticas de regular el sector
A las organizaciones del Tercer Sector, se les debe:
- restituir su espacios jurídico-administrativos
- garantizarles su sostenibilidad, capacidad de gestión y una plataforma que mantenga su cercanía con las demandas
- capacitarlas para movilizar recursos humanos y materiales
que confirmen su misión de agentes confiables para el cambio hacia el bienestar de los grupos vulnerables.
(Viñeta: BorjaBlog: Ser un buen ciudadano)
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