jueves, 12 de enero de 2012

Museos:Una prioridad en la agenda política para Venezuela


En los inicios de un año que promete renovación y cambio, dejemos de lado las denuncias que ya nos abruman y concentrémonos en propuestas que apunten a como superarlas.

Como ayuda memoria y a manera de agenda, reseño una secuencia de acciones necesarias para resolver el desastre que este pseudo Ministerio de Cultura ha realizado con nuestros museos.

1-Otorgarles las respectivas figuras jurídicas necesarias para recuperar su gestión descentralizada.

2-Erradicar la politización hegemónica del sector.

3-Asegurar el soporte presupuestario adecuado a sus necesidades.

4-Garantizar y respetar la formación profesional de sus equipos de trabajo, velar por su estabilidad laboral y promover la generación de nuevas fuentes de empleo especializado.

5-Recuperar y mantener sus infraestructuras físicas, dotarles de los equipos especializados y actualizar los registros patrimoniales.

6-Velar por la conservación y enriquecimiento de las colecciones.

7-Generar contenidos que propicien la conciencia ciudadana a través de la valoración del patrimonio y el estímulo al talento.

8-Trabajar por el desarrollo y la consolidación de las audiencias.

9-Alcanzar la integración de los museos en el macro sistema social y fomentar su participación activa en las redes sociales

10-Estimular y fomentar el intercambio internacional de exposiciones, eventos y festivales.

11-Poner en marcha estrategias para la incorporación de fuentes alternativas de financiamiento y el desarrollo de industrias culturales relacionadas.

12-Incorporar las nuevas tecnologías tanto para su funcionamiento interno como para la difusión de contenidos y uso de los públicos.

A manera de conclusión tomo un párrafo del Blog del Profesor Alfons Martinell, CONFLUENCIA:

“Estamos convencidos que las recetas tradicionales de las políticas culturales se presentan como añejas y maltratadas para convivir y dar respuestas a esta contemporaneidad. Las políticas culturales han de cambiar mucho para conseguir un mínimo de credibilidad entre una ciudadanía indiferente a los recortes en cultura y más preocupada por otros sectores más sensibles de su cotidianeidad (sanidad, educación, universidades, etc…).

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