sábado, 29 de noviembre de 2008

4711


Abrí la puerta y lo vi. No me esperaba. Estaba dormitando en el sillón, con la mirada entre abierta y el libro sobre las piernas. Parecía una imagen sacada de un grabado antiguo, de esos que ya se están llenando de hongos.
Trate de no hacer ruido al entrar. Pero de todas maneras se volteo a mirarme.
-No pude leer mas, dijo, porque si lo veo no lo creo.

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