miércoles, 6 de julio de 2011

¿CANCERÍGENO O CANCEROSO?



Algo es ‘cancerígeno’ cuando puede provocar cáncer. Algo es ‘canceroso’ cuando pertenece o es relativo al cáncer.

Tengo el pálpito que nunca conoceremos cual fue el verdadero diagnóstico y el tratamiento clínico de lo que le aconteció al Presidente Hugo Chávez.

La manipulación de la información fue tan descarada como grande fue el cúmulo de hipótesis que se dejaron correr por la desinformación, lo cual no solo estimuló el desarrollo de las más elaboradas especulaciones sobre su salud y el acontecer político, sino que alteró profundamente la institucionalidad nacional.

Siempre ha habido una respetuosa discreción sobre el devenir individual de las figuras públicas, especialmente los Jefes de Estado. Sin embargo, cuando el hecho o suceso afecta directamente el ejercicio de sus funciones, esta relación se revierte y le compromete frente a sus electores a informar clara y responsablemente su situación.

En estas ocasiones, la comunicación se convierte en un proceso vital, que se debe conducir de manera transparente para evitar malos entendidos que podrían incidir profundamente en la pérdida de credibilidad de los involucrados.

Durante estas últimos semanas, el Presidente Chávez estuvo, no solo separado de sus obligaciones y de los compromisos ejecutivos que conlleva el poder, sino que, además se encontraba fuera de su país.

Sin proveer mayores explicaciones que la de un percance de salud, el vacío de información, produjo que el país convulsionara .

Sin cabeza visible del poder y con la presencia de alteraciones graves en diferentes sistemas de la sociedad, el mutismo y el chalequeo informativo desde el Poder Ejecutivo lesionó su credibilidad y sobre todo, agredió la estabilidad y el devenir de sus nacionales.

En el caso de la situación de salud de Chávez, la nación se dio cuenta que ni sus supuestos allegados conocían cual era la verdadera situación del paciente Presidente. Así, envuelto en una maraña de contradicciones y medias verdades, el país vivió una de sus peores situaciones de caos informativo y ausencia de poder.

El Presidente Chávez aplicó, una vez más, a sus ‘queridos’ correligionarios aquella máxima del sabio Principe: divide y reinarás. Que ningún súbdito conozca toda la verdad, que esta se parcele entre ellos y que todos teman de todos.

Esta es la forma de mandar del Presidente. Su personalismo, su yoísmo, es tan fuerte que se convierte en la única cuerda con la cual ata a los miembros de PSUV. Es tan frágil la unión entre los miembros del partido, que de aflojarse esta presión, el despelote sería total.

Pero con lo que no contaban era que ahora existen las redes sociales. Gracias a estas, las cadenas comunicacionales son participativas, amplias, horizontales y extendidas . Por ellas navega velozmente la información, de uno u otro grupo, tanto de aquellos que adversan su forma de conducir al país, como de quienes lo apoyan .

No es necesario hacer un profundo análisis de contenido de los tweets intercambiados y de los TL de los twitteros con mayor número de seguidores, para sacar algunas conclusiones :

-Los exiguos mensajes presidenciales que se produjeron en esos días, exageraron su habitual tinte romántico. Cargados de un meloso barroquismo patriotero y de metáforas cliché, estos fueron emitidos con la intención de promover la evasión de la dura realidad que vivimos, buscando el escape hacia el mundo de lo prometido y no de lo construído.

- Los mensajes enviados por quienes lo adversan, en lugar de ser sopesadas reflexiones, la mayor parte de las veces fueron pensamientos con poca sustentabilidad, generando contradicciones que debilitaron sus contenidos, perdiendo así una oportunidad importante para consolidarse como un polo de sensatez.

Durante mas de 20 días el país parecía más una sala de Bingo que una patria que atraviesa crisis profundas que minan la justicia y la paz social.

Hay un dicho conocido que se aplica a las organizaciones, y en este caso podemos aplicarlo al país: ”Contra chisme,información”.

Cuánto se hubiese ganado en confianza y capital social si la comunicación del máximo líder con su pueblo hubiese sido directa, sincera, transparente. Lejos hubiésemos estado de la pomposidad del jalabolismo que se tradujo en un enredo de frases para no dejar ver la realidad.

Decimos no a la evasión, no al juego de pitonisos, no a los juicios sin fundamento, sí a la realidad, sí a la unión, sí al cambio por la vía democrática.

Sí al respeto por la verdad.

Evitemos lo cancerígeno y tratemos lo canceroso.

(Columna publicada en www.codigovenezuela.com el 6/7/2011)

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