miércoles, 2 de mayo de 2012

El verbo de Chávez un “estilo” comunicacional que manipula la verdad


Hoy 1ero de mayo exigimos una reivindicación del lenguaje oficialista.

El impacto de los usos comunicacionales del Presidente Chávez ha sido tan abrumador que no es difícil concluir que, tanto en la forma como en los contenidos, ha deconstruído la estructura institucional, las jerarquías de valores, afectando a las conductas, actitudes, códigos referenciales, en fin, a la cultura de los venezolanos .

Con un verbo descalificativo, a veces soez, el gesto agresivo, el manejo de la voz y hasta de sus lágrimas, ha impuesto una determinada manera de relacionarse desde el poder y entre quienes lo detentan, con una parte mayoritaria de la población.
Lamentablemente su verbo se ha convertido en un ‘estilo’ comunicacional caracterizado por la manipulación de la verdad, la imposición de la mentira y la prédica de la polarización. Un discurso adornado de epítetos y modismos que calan y son asimilados por grupos que terminan copiándolos, repitiéndolos como un fraseo publicitario.

Desde las altas instancias del poder se transmite y se retransmite una versión falsa de la realidad para, entre otros objetivos, justificar la incompetencia y la corrupción.

Estas manipulaciones del lenguaje están minando nuestras bases culturales sobre las cuales habrá de hacerse un profundo de trabajo de reconstrucción y valoración del lenguaje.

En su columna del pasado domingo 29, en Siete Días de El Nacional, Simón Alberto Consalvi escribió : "Nunca había sido tan patética la gramática del poder como en esta etapa triste de la historia venezolana".

Consalvi a su vez, comentaba la columna de Elías Pino Iturrieta, publicada la semana anterior en El Universal.

“Los diputados olvidaron la palabra, no la usan, no pueden, sólo las disparan pero ninguno ha pronunciado un discurso coherente. Si una rectora del CNE se dirige a los ciudadanos, no puede desprenderse del lenguaje autoritario, como si el diálogo con los ciudadanos les estuviera vedado. El complejo de guillotina está instalado en la revolución, y de ahí la tragedia de la gramática del poder.

¿Imagina usted a un jerarca (ministro, general o magistrado) que hable en tono civilizado, como parte de un país y como funcionario destinado a la alternación constitucional? No.

Es inconcebible y no sucederá porque la revolución los condenó al laberinto de la guerra.

Porque, además, revolución significa control de la sociedad, represión, divisionismo, discriminación”.

http://www.eluniversal.com/opinion/120422/el-emblematico-aponte-aponte

A partir del 7 de octubre será indispensable re contextualizar el discurso oficial para recuperar su dignidad como reflector de la realidad, como responsable de la construcción de contenidos que estimulen el conocimiento, las alianzas, los acuerdos hacia los objetivos que signarán la transición después del triunfo de la Unidad, liderado por Henrique Capriles R.

Esto no será fácil, entre otros factores, porque la transición para construir nuevos significados requiere partir de la base del mismo lenguaje que se trata de sustituir.

El candidato a ser nuestro próximo Presidente, Henrique Capriles R., ha hecho especial hincapié al incluir en su agenda presidencial, la recuperación del discurso como expresión de la cultura del cambio y de la confianza hacia la construcción de una sociedad mejor.

Con coraje y honestidad, sin miedo a la dura realidad que habrá de enfrentar, ni a las amenazas del entorno, la verdad se mantendrá como columna de los contenidos de sus mensajes.

Los venezolanos somos inteligentes, acuciosos, creativos, alertas y sabremos valorar la integridad y la valentía de quien nos ayude a marcar el camino para que unidos alcancemos el objetivo propuesto: la paz, la reconciliación, el emprendimiento a fin de producir lo mejor para todos con justicia, equidad y prosperidad.

El discurso del nuevo próximo gobierno impulsará la defensa la verdad, asumiendo, con respeto y valentía, la realidad para recuperar la confianza entre todos los sectores de la sociedad venezolana.

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